Aventuras y desventuras de un cordobés en una isla (que no desierta).

30 junio 2006

Una de Hogueras

La noche del 23 al 24 de Junio, se celebra la noche de San Juan, una noche mágica, cargada de poder y llena de vida. Esta fiesta pagana se remonta según cuentan a hace más de 5000 años.

Mitos y leyendas cuentan que se bailaba y saltaba alrededor del fuego para purificarse y protegerse. Hoy en día siguen haciéndose hogueras en las playas, saltando alrededor del fuego y tirando al fuego apuntes, objetos, conjuros y deseos escritos en papel para ahuyentar a los malos augurios.

Luego para terminar la purificación (o quizás comenzar la fiesta) uno se mete en el mar. Aquí la gente también arroja fruta al agua, he estado leyendo y parece ser que existía una tradición de enramar las fuentes y que está relacionada con la prosperidad, la abundancia y la fecundidad. La tradición dice que al amanecer del primer día de verano, las mujeres recogían de las fuentes la flor del agua con la esperanza de encontrar pareja, concebir hijos o hacerse con poderes curativos. Lo mismo a falta de flores en el mar, se arroja el fruto de las mismas.


Dicho esto, el pasado viernes, me aventuré como tantas otras a ver de cerca las hogueras de San Juan, esta vez no escribí mis deseos y los arrojé al fuego ni al mar.

Tampoco bebí abundantemente como otras veces me ha pasado, ni estuve de fiesta con infinitad de amigos, esta vez, me sumí en mis más profundos deseos, mirando al fuego, sentado en la orilla del mar.